miércoles, 30 de abril de 2014

Gallina a la nata

Lo unico seguro en la vida es el sufrimiento, en uno u otro momento alguien de nuestra familia se enfermara o morira, los accidentes pasan, la vida es fugaz y sin sentido, pero pese a todo, la capacidad de crear felicidad es quizas nuestra mas poderosa herramienta, porque la felicidad raramente se da por si sola, casi siempre hay que hacerla nosotros mismos, y es en este sentido que la siguiente anecdota les servira:

Cuando era joven, aun se podia conseguir autentica leche de vaca en mi casa, de esa nutricional leche que con un vaso no tenias hambre el resto del dia, mi madre solia comprar dos litros y se usaba en todo lo que hiciera falta para mi desayuno, para el chocolate, postres y todo lo demas, esa leche solia crear una densa capa superficial, llamada nata.

Y esa casi siempre le tocaba a mis gallinas, despues de hervir y dejar enfriar la leche, se le quitaba la nata y se las servia en un platon, que ellas ya conocian perfectamente, en cuanto me veian con el en la mano, se acercaban corriendo, ni siquiera esperaban que llegara al piso, comenzaban a comer en cuanto lo tenian al alcance, y ya una vez en el suelo, hasta abrian sus alitas para estorbarles a las demas y comer tanto como pudieran, eran felices mis animalitos, una vez lleno su buche y sin nada en el platon, se iban a acostar tranquilas al sol, y entre ellas se quitaban de las barbas la nata que se les habia quedado pegada.

Para ellas, la felicidad era una barriga llena con comida deliciosa, y mientras vivieron, las hice tan felices como fue posible, amor, cariño, limpieza y mucha comida, lo indispensable para sus sencillas vidas, que gozaron tanto como fue posible.