Los seres humanos tenemos una vieja frase que dice "el campo es mas verde del otro lado de la cerca de mi vecino", a la humanidad le gusta codiciar lo ajeno, y eso no ha variado en muchos siglos, es una comezon que se ve en todos los sectores de la sociedad, los soldados britanicos en la ultima gran guerra codiciaban el equipo aleman, los alemanes el ruso y asi sucesivamente.
Las gallinas sufren de la misma practica, habia veces en que era necesario separar la parvada, en ocasiones para proteger a una gallina debil y sus pollitos, otra cuando habia mas de un gallo, a veces solo durante el tiempo en que era necesario para que nuevas gallinas se ambientaran.
Cuando mi gallo Royal Oak quedo gravemente lesionado de un enfrentamiento que tuvo con la Gallina alpha Crestita, tuve que hacerle un espacio especial, separado de las demas con malla, tenia su propio plato de comida, su propia agua y su propio espacio para comida extra, su separacion duro muy poco, en unos cuantos dias, algunas gallinas encontraron un pasaje secreto para ir a su lugar, y devorarse su comida, habia veces en que acababa de servirle y ellas ya estaban ahi comiendosela, tenian un placer malvado en ir por esa comida, aunque sus jarros de comida estuviesen rebosantes y servidos del mismo costal de maiz y trigo.
Habia otras veces, en que estaban al pendiente cuando yo pasaba de un corral al otro, paradas a un lado de la puerta, en cuanto abria, se pasaban corriendo y se iban directo a los jarros de la comida de la otra parvada, pero ni se preocupaban en pelear, la Parvada A pasaba corriendo a los jarros de la parvada B y visceversa, solo cuando ya habian acabado, recordaban que no se llevaban bien y podian empezar los picotazos.
Y no solo entre gallinas, una temporada tuve algunos patos, que comen trigo sumergido en agua, pues bien, sucedia lo mismo, solo que las gallinas parecian preferir pescar el trigo sumergido y los patos comer el trigo seco, aunque claro, le daban una probada al trigo seco e inmediatamente le daban una bebida al jarro de agua.
En conclusion, la comida del vecino es mas apetitosa que la propia, aun en el mundo de las gallinas.
